jueves, 22 de septiembre de 2011

Socializar en el siglo XXI

Con el desarrollo de la web 2.0, accedemos a la internet no solo en busca de información, sino también para interactuar, muchas veces en tiempo real, con representantes de empresas periodísticas, comunicadores independientes y ciudadanos comunes. Ya no somos solamente consumidores de información, sino también productores.

Esto ha hecho que los medios tradicionales de información, deban replantearse la forma en la que presentan las noticias en la web. En Costa Rica, medios como La Prensa Libre y el Diario Extra no presentan una mayor variación entre el periódico impreso y su sitio web. En cambio, La Nación presenta una alta interactividad, pues permite que los lectores hagan comentarios y además cuenta con una barra de redes sociales para compartir su contenido. Esto facilita que el lector comparta las noticias de esos medios antes que las de otros que no cuentan con esa barra. Por ello, se convierte en uno de los medios con mayor presencia en redes sociales. La República cuenta con una barra para compartir contenidos, pero no permite los comentarios.

Los medios que han nacido en la web tienen una mayor flexibilidad, aunque deben enfrentarse a la complejidad del medio en cuanto a su financiamiento. Aquí no se pueden vender páginas para la publicidad, esta debe ser amigable con el internauta, de lo contrario simplemente abandonará el sitio antes de que cargue por completo.

En un medio donde la información es variada y en la mayoría de los casos gratuita, el internauta debe aprender a moverse en la web con destreza, para discriminar entre la información útil y la basura o spam.

Sin embargo pareciera que la lectura en la computadora y otros nuevos medios, ha desplazado la lectura pausada de un libro. Así, la atención se disgrega y es imposible una lectura profunda. Mario Vargas Llosa nos comparte en este artículo la experiencia de Nicholas Carr al respecto.

Si queremos recuperar esa lectura profunda, es recomendable que al menos un día a la semana no encendamos la computadora, apaguemos los teléfonos inteligentes, la televisión y la radio y nos sentemos a leer un buen libro.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Todo sobre mi madre: puesta en escena de la problemática del género

Todo sobre mi madre es una película del director español Pedro Almodóvar estrenada en 1999. Al inicio, Manuela, la protagonista, pierde a su hijo en un accidente; es así como el filme desde el principio nos ubica en el espacio de lo innombrable, de aquello que la sociedad quiere negar por "antinatural" (en el orden natural de la vida, los padres mueren antes que los hijos). No existe una palabra en español para designar a la madre que pierde a un hijo (como sí las hay para los huérfanos y los viudos).

Manuela inicia un viaje a su pasado, que es un viaje a los orígenes de su hijo muerto, en busca del padre. Allí en un mundo que se sale del modelo, encontramos hombres que son mujeres, madres que padres, personas que ocupan espacios que las "normas sociales" les niegan. Todo dentro de una naturalidad que se mueve entre la tragedia y el humor con gran destreza.

Al final, nos encontramos con personajes que se moldean a sí mismos, no solo en lo psíquico, como es lo habitual, sino también en lo físico (que pareciera ser ahora el espacio -el de la carne, la nueva carne- más visitado en busca de nuestro deseo, de eso que queremos ser -por dentro y por fuera-).

Pero, es en el monólogo de Agrado donde confluye ese deseo del ser humano de construirse, de acercar el deseo al cuerpo, de construirse más allá de ser hombre o mujer, porque al final lo único que somos es individuos, tan parecidos y tan diferentes de quienes son rodean.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿De qué hablamos cuando hablamos de género?

El uso de la palabra género en las ciencias sociales ha generado importantes polémicas que van desde la gramática hasta cuestiones éticas y políticas. Lo que sí queda claro, es que se trata de un concepto que se nos escapa, pues va más allá del tema de la igualdad, porque no se trata tan solo de un asunto relacionado con la mujer y el machismo; también están en juego la construcción de masculinidades y lo queer.

Pero, lo que interesa en este nuevo siglo es lo que tienen que decir las nuevas generaciones. ¿Realmente ha habido un cambio sobre la percepción de la diferencia entre los sexos? Pareciera que todavía prevalece la lógica binaria de Occidente, donde somos hombre o mujer (como absolutos, sin distinción entre los individuos) y la heterosexualidad es lo natural, opuesta a cualquier otra forma de sexualidad que iría en contra de la naturaleza.