Con el desarrollo de la web 2.0, accedemos a la internet no solo en busca de información, sino también para interactuar, muchas veces en tiempo real, con representantes de empresas periodísticas, comunicadores independientes y ciudadanos comunes. Ya no somos solamente consumidores de información, sino también productores.
Esto ha hecho que los medios tradicionales de información, deban replantearse la forma en la que presentan las noticias en la web. En Costa Rica, medios como La Prensa Libre y el Diario Extra no presentan una mayor variación entre el periódico impreso y su sitio web. En cambio, La Nación presenta una alta interactividad, pues permite que los lectores hagan comentarios y además cuenta con una barra de redes sociales para compartir su contenido. Esto facilita que el lector comparta las noticias de esos medios antes que las de otros que no cuentan con esa barra. Por ello, se convierte en uno de los medios con mayor presencia en redes sociales. La República cuenta con una barra para compartir contenidos, pero no permite los comentarios.
Los medios que han nacido en la web tienen una mayor flexibilidad, aunque deben enfrentarse a la complejidad del medio en cuanto a su financiamiento. Aquí no se pueden vender páginas para la publicidad, esta debe ser amigable con el internauta, de lo contrario simplemente abandonará el sitio antes de que cargue por completo.
En un medio donde la información es variada y en la mayoría de los casos gratuita, el internauta debe aprender a moverse en la web con destreza, para discriminar entre la información útil y la basura o spam.
Sin embargo pareciera que la lectura en la computadora y otros nuevos medios, ha desplazado la lectura pausada de un libro. Así, la atención se disgrega y es imposible una lectura profunda. Mario Vargas Llosa nos comparte en este artículo la experiencia de Nicholas Carr al respecto.
Si queremos recuperar esa lectura profunda, es recomendable que al menos un día a la semana no encendamos la computadora, apaguemos los teléfonos inteligentes, la televisión y la radio y nos sentemos a leer un buen libro.